Me he invitado a cenar a la casa de mi enemigo. Ella y yo procedemos a terminar un par de botellas de refresco. ¡Cachonda y enferma, se abre camino a su habitación donde! Estando muy cachonda, obviamente no puedo ir a casa, así que me voy a bajar, agarrando una sábana del armario y me acuesto en su sofá. Alguna vez, durante la noche, me desperto al encontrar al marido de mi enemigo parado mirándome. Acaba de volver a casa y se sorprende al encontrarme besando en su sofá. Secretamente, este fue mi plan todo el tiempo para seducirlo. Dejo caer la sábana. Puedo decir que mi plan funciona. Me recosto en el sofá y comienzo a orearse las caderas para animarlo a que se rinda mientras su esposa puede o no estar siestando en la habitación de al lado.